8 ago 2011
Ay mi psiquis!
Mi viejo está feliz, y ya era momento de que pasara.
Pero está demasiado feliz, demasiado... ayer, para avisarme que aceptaba mi invitación de venir a tomar unos mates, me llamó por teléfono y me dijo "Hola hiji, te quería decir que estoy yendo para tu casa con... con... con... bueno, con la familia"
"la familia" se compone de su novia (con quien sale hace... un mes, aproximadamente), y el hijo de ella. Perfectamente podría haber dicho "voy con M... y J..." no eran tantas personas para nombrarme, y además ya sabía perfectamente quiénes estaban viniendo.
Pero no, decidió decirme "con la familia" y yo decidí aceptarlo así, y preparar el mate, y la chocolatada, y alguna peli, y algún juego... y reírme, y pasarla bien.
Pero así como uno cree que acepta las cosas, resulta que no, no es tan simple...
Me desperté hoy y todo mi sueño me volvió en un segundo.
Mi mamá, con quien hacía rato que no soñaba estaba furiosa conmigo, me gritaba por mi nombre completo y me reprochaba una estupidez que ni era culpa mía (mi hermana había dejado una toalla húmeda hecha un bollo), ni era motivo para estar taaaaan enojada conmigo... pero lo estaba, y me sentía muy mal...
Creo que en sueños no me doy cuenta que ya no está, pero de alguna manera lo sé. Anoche nunca le ví la cara, tenía el pelo larguísimo y rubio, y no la escuché realmente, porque no me estoy acordando de su voz, pero sé perfectamente que me gritaba, y la casa entera vibraba con sus gritos... cosas de los sueños.
Se ve que mi psiquis no está tan contenta como papá. Ufa.
